Deconstruir los estereotipos y producir cambios socioculturales fuera de los márgenes de género, es lo que experimentaron las asistentes al conversatorio organizado por funcionarias de la Biblioteca Pública de Puerto Aysén.
Mediante una intervención grupal y cercana, mujeres de todas las edades se reunieron en el primer piso de la Biblioteca Pública de Puerto Aysén, en el marco del conversatorio “Mujeres en la historia: habitar los oficios poco tradicionales”, actividad gestionada por funcionarias de la Municipalidad de Aysén esta semana.
Asentadas en una de las regiones con parajes de verdaderas postales, pero también que recuerdan lo inhóspito y crudo de la vida alejada del epicentro donde emergen las políticas públicas, las ayseninas buscaron formas de solvencia económica y empoderamiento.
Al alero de ese escenario, las funcionarias de la Biblioteca Pública de Puerto Aysén y de la Dirección de Desarrollo Comunitario (DIDECO), encontraron un nicho integrado por mujeres que era necesario poner en tabla. “Dentro del grupo que somos puras mujeres desempeñando diferentes labores y funciones en el municipio, surgió la idea de poder este 8 de marzo, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el reunir algunas mujeres que trabajen en áreas que históricamente han sido de varones”, comentó la asistente social Carolina González.
La funcionaria estructuró la sesión en varias etapas, partiendo con una acción clave: a medida que hablaban un ovillo de lana pasaba de mano en mano, hasta configurar una verdadera tela de araña donde todas quedaron conectadas. Así, trabajadoras del rubro agrícola, construcción y mantenimiento de obras pública, entre otros oficios y faenas cincelaron un lugar de reconocimiento.
“Empecé trabajando con invernaderos, después armándolos y me fui aferrando a hacer cosas que yo quería, que me gustaban y que quería aprender. Y gracias a Dios lo pude lograr y decirle a toda la gente, en especial a las mujeres que no tengan miedo con el trabajo, que ellas pueden hacerlo. No podemos estar siempre dependiendo del hombre. Que sepan que nosotras podemos hacer lo que ellos también hacen”, expresó Candelaria Martínez, participante del conversatorio.
Entretanto, Gladys Panichini puso énfasis en el ambiente. “Todas estábamos con el mismo hilo, porque teníamos la misma experiencia. A todas nos pasaba lo mismo, éramos mamá, abuela, tías, sobrinas, todas éramos una sola”, manifestó.
Un balance positivo
Alcanzadas las metas y con una convocatoria dentro de los aforos permitidos, González y el resto del personal, indicaron que al ser un grupo de mujeres heterogéneo facilitó la narrativa, junto a la posibilidad de reunir información en base a vivencias acaecidas desde la perspectiva de género en los oficios.
“Nos unía el ser mujeres trabajadoras, de ahí pudimos sacar al final una frase súper bonita”, comentaron las organizadoras que después de recoger palabras representativas en una pizarra, elaboraron una oración conforme a los relatos. “Con eso cerramos y todas las mujeres se fueron tranquilas con hartas ganas de seguir superándose, que es la idea”, complementó González.
En tanto, Yasna Jara, encargada de la Biblioteca Pública de Puerto Aysén, aclaró que el conversatorio fue una instancia de visibilizar el rol que ha tenido la mujer en trabajos socialmente relacionados con hombres y “cómo ellas están enseñando a futuras generaciones”.